“¿Cómo dar cuenta de lo que pasa cada día y de lo que vuelve a pasar? Ver lo cotidiano, el paisaje cercano, eso que no interrogamos porque justamente lo vivimos sin percibirlo y queda en segundo plano. Otro día, otras sombras, acerca la mirada a ciertas formas mínimas que se acentúan a la vista de una caminata, al instante en que se entretejen, al pensamiento en el aire. Caminar, dibujar y escribir tienen una similitud, cierto estado de introspección, meditativo y de tiempo paralelo. Las líneas trazadas a pincel permiten pensar en lo que anuncia y todavía no es. La geografía deviene extraña en un mundo donde las cosas se revelan/rebelan y adquieren un nuevo significado o simplemente dan cuenta de su presencia, como constancia del tiempo apenas insinuado. La familiaridad y la extrañeza se unen en un universo en movimiento, orgánico y voluble, volviéndonos a preguntar sobre cómo situarnos en ese lugar”
María Maggiori.