María Maggiori (Argentina, 1975) construye en su obra paisajes de tierras imaginarias. A través de una cartografía reinventada, donde la naturaleza emerge en blanco y negro, la artista despliega escenarios oníricos, inquietantes y enigmáticos, que, sin embargo, nos resultan extrañamente familiares. Sus composiciones oscilan entre lo real y lo fantástico, evocando una memoria ancestral que parece habitar en lo más profundo de nuestra percepción.
Su práctica artística abarca diversas disciplinas —dibujo, pintura, instalación y performance— que se entrelazan en una búsqueda constante por explorar los vínculos entre cuerpo, espacio, naturaleza y percepción.
Con una sólida formación en arte desarrollada principalmente en Francia y Argentina, Maggiori ha hecho del dibujo a pincel su lenguaje más íntimo. Las líneas sutiles que emergen de su trazo, cercanas a las tradiciones orientales, transmiten una sensación de tiempo suspendido. Cada obra revela un proceso minucioso, casi meditativo, en sintonía con el ritmo de un presente que invita a la contemplación. Su estética se inscribe en un gesto silencioso pero potente, capaz de abrir portales hacia mundos paralelos, tan posibles como poéticos.