Johanna Fateman
En la década de 1990, la artista y teórica chicana del feminismo Amalia Mesa-Bains acuñó el término “domesticana” para identificar un arte centrado en materiales y técnicas tradicionalmente asociadas con las mujeres. (Ella respondía al concepto de rasquachismo, que el académico Tomás Ybarra-Frausto había desarrollado para describir una estética mexicano-americana de hacer lo que se puede con lo que se tiene). Mesa-Bains es una de las siete artistas en esta conmovedora exposición que enfatiza la memoria, el ritual y las texturas hechas a mano.
Las fotos de Amarise Carreras, basadas en la pintura y el performance, capturan ofrendas en still lifes; en una imagen de tono annatto, cuyo motivo central es una vela encendida, manos manchadas de pigmento sostienen flores desgarradas. Los recipientes antropomórficos de terracota de Joel Gaitan, algunos de ellos ingeniosamente adornados con artículos de moda como bolsos Telfar, hacen referencia a formas tradicionales de su herencia nicaragüense. Los tableaux de Misla, una artista nuyoricana, son como tapices de múltiples medios que representan habitaciones de su hogar de la infancia en Queens. Una mezcla onírica de formas abstractas y detalles realistas (desde figuras de Precious Moments hasta exuberantes plantas de interior) otorgan a la obra de Misla una rareza íntima y una profundidad magnética.