Leonardo Trombetta Lo que dará luz debe soportar quemarse “Soñar un castillo y de él hacer un refugio , no obturar la locura , abrirle paso a su figura fantasmagórica transformándolo en un espacio metafísico, es decir una máquina de producir vacío” María Negroni Las técnicas con las que trabajo son ancestrales, la cerámica Raku del siglo XVI y la fundición en bronce, procesos donde esta implicado el fuego. El fuego es el elemento fundamental para la realización de mis obras, un colaborador, un aliado que transforma, purifica y crea. Estos rituales con él, representan también mis intuiciones, pensamientos, percepciones y emociones frente al trabajo de creación, en el cual no hay control ni voluntad ya que la idea inicial es castigada y sometida a transformación y purificación en el proceso En la cerámica raku, cuando la pieza esta en su más alto grado de temperatura, “al rojo vivo”, la pieza se retira del fuego, allí por la gran amplitud térmica sufre transformaciones abruptas: oxidaciones y golpes, entonces aparecen formas nuevas. En esas formas entre arquitectónicas y orgánicas de la cerámica quemada, con textura similar a la de la superficie de un meteorito, le agrego pequeños habitantes de bronce que apoyados en un reflejo negro de agua componen en su conjunto, un paisaje. El paisaje anacrónico de la desmesura.
Nicolás Trombetta Las tomas fotográficas a través de varios segundos de exposición muestran cuerpos humeantes que se deshilachan en si mismo mientras el tiempo hace y deshace. El tatuaje del cuerpo en la tierra parece ser esencia de la naturaleza dejando rastros de un pasado que retorna como presencia En estos casos, la fotografía parece liberarse de su carácter verídico para edificar territorios en continuo desplazamiento. Los cuerpos se funden en instantes, se modifican, imposibiltan el sentido táctil y fabrican imaginarios posibles que permiten olvidar el cuerpo como sustancia