Si tuviese que dar cuenta de esta muestra A,B,C , tendría que no solamente evocar las influencias de la abstracción del siglo XX – donde me impresionaron particularmente el movimiento ruso de principios de siglo y los artistas americanos de los años 70 –, sino que necesitaría tratar de transmitirles el momento no lineal en el que se sitúa la misma. En esta última obra, se entremezclan y se distinguen antagonismos, contrapuntos y resistencias. Apareciendo en primer plano interrogantes sobre la estructura, el soporte y la técnica con respecto a mi trabajo previo, que por sobre todo insistía en las ondulaciones. Oposición formal, que sin embargo parte respetando el cromatismo al que había llegado con anterioridad, así como la potencia del metal , pero que va a ir mutando, para llegar en definitiva a un más allá del círculo cromático. En A, parto de construcciones, de esquemas previos o bocetos a los que llego una vez que he logrado someterme a un espacio desprovisto de estímulos visuales. Mirada limpia del horizonte del río de la Plata que me permite una desconexión buscada. Estado desde donde emerge la trama, el guión o libreto que habré de seguir. Pero dicha construcción, dicha pauta, no está ahí sino como pretexto. Ya que es su caída, la irreverencia o falta de respeto hacia él mismo, que dará paso a lo que realmente va a aparecer como producción. De hecho, son dichas aperturas y brechas de irreverencia que me llevan a B, que es ya una vuelta a lo cálido de la tela y lo libre de las pinceladas liberadas de un boceto preliminar. Trabajo suelto, que ya no sigue direcciones, que prescinde de la disciplina. En C, ya hay una suerte de inversión y nuevo contrapunto formal, que sin embargo retoma la idea del boceto previo a partir de una calma visual, de la puesta entre paréntesis de los estímulos visuales. Vuelta al rio… para poder abordar esos estados de saturación y de aire que se van distinguiendo, pero ahora desde otra sintonía, desde un dinamismo donde los cortes y el movimiento dejan aparecer islas, formas, continentes. Haciendo emerger el anverso de esos caminos previos, que van a quedar finalmente canalizados entre territorios heterogéneos. Al mismo tiempo, me adentro en una tarea que me permite soltar el color para explorar la gradación y degradación del monocromo. Ofreciéndonos un merecido descanso retiniano, adentrándonos en lo laberintico de mi nueva producción. A, B, C me aparece como una respuesta irónica a todos los modos, a todos los ensayos… dando pie a un juego azarosamente pauteado, de resultado incierto, pero que toca el flujo de los estados de la materia y su soporte. Abstracción personal, que ya no se encuentra tanto referida a la obra y a sus influencias, como a mi propia entidad y a sus tiempos. Es tal vez por ello que hay algo de familiaridad que se desprende para mí de ella, y que la veo simultáneamente como una herencia, como una recreación de mi vínculo con las artes visuales.
Pablo Lozano Muestra A,B,C para Galería PRAXIS Buenos Aires, Junio de 2016